A medida que se envejece, las relaciones sexuales ya no son como cuando se tenía 20 o 30 años, pero pueden seguir siento satisfactorias e, incluso, mucho más para el adulto mayor.
A veces puede ser desagradable pensar que los papas o abuelos continúen sus actividades sexuales, pero para la mayoría de las personas de la tercera edad sigue siendo parte de su vida.
Hay muchos mitos referentes a la sexualidad en la vejez. Se cree que las relaciones sexuales son solo para la gente joven. A continuación, te iremos contando algunos de los mitos más comunes:
No son sexuales
Tanto la sexualidad de los niños como la de los adultos mayores han sido reprimidas. Muchos afirman que la sexualidad humana solo se enfoca en el acto sexual que tiene como fin la reproducción.
El anciano, supuestamente, no está en condiciones de reproducirse, por lo que la actividad sexual se considera perversa y desagradable. La sexualidad forma parte de todas las etapas de la vida de las personas, la reproducción es solo una de estas etapas.
No tiene relaciones sexuales
Muchas de las dificultades de las parejas para llegar al orgasmo es el temor a los embarazos. Si bien es cierto, el adulto mayor tiene poca o nula posibilidad de reproducción, por tanto, puede entregarse libremente a la actividad sexual de una forma placentera, liberados de esos temores.
Se conocen casos de mujeres que, debido a su alto libido en la postmenopausia, llegan al orgasmo por primera vez en sus vidas.
No son eróticos
Es cierto que el ideal de belleza es juvenil, que la vejez nunca ha sido un fiel representante de esos ideales. Se afirma que son incapaces de experimentar placer y que son incapaces de despertar deseo en otros.
Se dice que las mujeres eran las más afectadas debido a los múltiples partos, con los cuales rápidamente envejecían, se les caían los senos, aparición de várices. Prolapsos uterinos, cansancio crónico por el cuidado de los hijos y muchas actividades de ama de casa envejecían a las mismas. Ahora, la cultura erótica de nuestro tiempo ha modificado, ese ideal de belleza.
Se ha disminuido el número de hijos, en ciertas épocas se usaba de nodrizas para los hijos de damas poderosas que no deseaban perder su poder erótico.
Hoy hay recursos en la cirugía plástica para mejorar la apariencia física, dietas especiales, una amplia gama de cosméticos y todo tipo de artilugios que enriquecen la sensualidad del adulto mayor, es decir, su capacidad de despertar el deseo del otro.
Frecuencia de la actividad sexual
Es cierto que la actividad sexual disminuye con la edad, aun así, se mantiene, aunque con una frecuencia variable, dependiendo de las características de las personas.
El interés por las relaciones sexuales persiste en un 30% de la población adulta mayor a pesar de que con la edad avanzada disminuye la actividad.
El mantenimiento de la sexualidad en los ancianos depende principalmente del buen estado de salud física y mental, de que tengan un compañero(a) y su historia sexual previa.
Aquellos sujetos con una actividad sexual habitual y periódica durante otras etapas de la vida, tienen mayor probabilidad de mantener esta actividad cuando envejecen.
Cambios en el patrón sexual en el anciano
El comportamiento sexual en la vejez depende de muchos factores, entre ellos destacan la salud en general, la disponibilidad de un compañero(a) sano(a), su personalidad, sus actitudes hacia los otros y de los otros a ellos, su nivel educativo, su nivel social, las creencias sexuales, su historial sexual, sus intereses y prácticas previas, el grado de satisfacción con la vida, entre otras más.
La edad del erotismo
El adulto mayor, se ve privado de su capacidad reproductiva en el caso de la mujer en forma obligada y en el hombre en forma relativa. Después de la reproducción sólo poseen la función erótica de su sexualidad. Por eso, se denomina a esta etapa de la vida como “La Edad del Erotismo”. Propuesta que se presentó en 1982 en Asunción en el Primer Congreso Latinoamericano de Sexología.
Vivir la sexualidad a lo largo de toda la vida, es posible y sano. Así que deja atrás todos esos mitos y tabús que limitan tu sexualidad y sobre todo a los adultos mayores.